Cada un@ de nosotr@s experimentamos día tras día diversas pruebas que muchas veces abruman nuestro ser y nos confunden en el caminar diario. Angustia, Pena o dolor son algunos ingredientes que de alguna u otra forma experimentamos. Luego viene la confusión y el dolor de estar sumergidos en un pozo de desesperación, creo que la angustia se aliada con la autocompasión y el final... el final es a veces mucho peor.
No existe ser humano que diga con autoridad suprema que no a estado triste o "perdido", es una condición humana. Cristo mismo sufrió penas, demostrando así que si quería vivir como y con nosotr@s sería completamente. Me viene a la mente un hecho ocurrido a los discipulos en la barca y se relata en Marcos 4:35-41; la tempestad vino y los amigos estaban preocupados de que sucediera algo malo en medio del mar turbulento, Jesús estaba junto a ellos durmiendo y al verse despertado por algunos de ellos reprendió al mar y este calmó por completo. Jesús pregunta e increpa diciendo: ¿Por qué estáis así de amedrentados? ¿Cómo no tenéis fé?...
Cuantas veces estamos complicad@s por que nuestra vida se aquieta en un mar de amarguras y no nos damos cuenta que nuestro Jesús está a nuestro lado. El no duerme en verdad, el espera a que busquemos su ayuda y clamemos como lo hicieron sus discipulos: ¿No tienes cuidado que perecemos?.
Nuestro Dios no nos dejará, confiemos en su poder y en su amor. Recordemos que el calma la Mar si lo buscamos y luego voltea y nos pregunta ¿Donde está tu fé?
Si pasamos por días dificiles recordemos:
NO ESTAMOS SOLOS EN LA TORMENTA!!!
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