jueves, septiembre 13, 2007

Solo conciencia...




Cuantas veces caminamos por la ciudad sin percatarnos de que la naturaleza pide a gritos nuestra ayuda???...




Erase una vez... asi comienzan muchos de los cuentos que leemos desde que somos pequenos. Princesas que necesitan ser rescatadas de manos de principes azules montados en caballos majestuosos, duendes juguetones y hadas traviesas, horribles brujas y hechiceros malvados... al final de todo relato existe un final feliz... una esperanza.


Al principio la naturaleza era hermosa, armonica y funcionaba a la perfecciòn; un regalo ùnico a la humanidad de parte del Creador. Poco a poco la novedad dejò de serlo y el orgullo del ser humano sucumbiò los cimientos de la tierra, creyendose soberanos no prestò importancia que lo creado poseia alma... sus pensamientos no se concentraban en cuidar y preservar, sino en avanzar sin importar las consecuencias. De principes y princesas a Demonios y brujas. De ser hijos merecedores a criaturas sin conciencia de que la tierra pedia a gritos la ayuda para ser salvada de nosotros mismos.



Nos olvidamos que cada paisaje natural fuè un regalo de Dios.




Como cristianos vemos que la preservacion del hàbitad no es un tema competente a lo meramente espiritual, nos olvidamos que la tierra muere y junto con ella nosotros mismos.




Cuàl es nuestra labor como administradores de la naturaleza? Què hemos hecho para cuidar y preservar la Obra de Dios? somos concientes que esta historia quizà no posea un final feliz? trabajemos dia a dia para que no sea escrito en la historia un tràgico final, sino como comunmente terminan las historias, diciendonos: Y vivimos felices por siempre.


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